¿Qué es el punto de equilibrio y cómo se calcula?

El punto de equilibrio es un KPI relativo a la rentabilidad de tu empresa. Se mide en la fase inicial de un proyecto empresarial, pero también en el momento de realizar determinados gastos una vez puesto en marcha el proyecto. Veesion analiza en detalle qué significa este KPI, cómo utilizarlo y cómo calcularlo.

La diferencia entre umbral de rentabilidad y rentabilidad

El umbral de rentabilidad puede definirse como el nivel mínimo de ventas sin impuestos que debe alcanzarse para llegar al punto de equilibrio, es decir, la cantidad que cubre todos los gastos. Si se supera este nivel, la empresa es rentable; si no, es deficitaria. El umbral de rentabilidad indica, por tanto, un objetivo.

El umbral de rentabilidad no debe confundirse con el umbral de rentabilidad, que es el número de días que una empresa debe estar en activo antes de alcanzar el beneficio cero.

En resumen, el umbral de rentabilidad debe expresarse en euros y el punto de equilibrio en días.

Cuándo establecer el umbral de rentabilidad

¿Cuándo se debe calcular el umbral de rentabilidad? El umbral de rentabilidad debe definirse en primer lugar en el momento de elaborar el plan de empresa, es decir, cuando decides tu estrategia financiera y comercial para la creación de tu proyecto empresarial. Adopta la forma de un documento escrito en el que se exponen las acciones que vas a emprender para garantizar su viabilidad. Te ayudará a obtener fondos de tu banco o de inversores, a convencer a tus socios y a tomar las decisiones correctas para tu empresa a largo plazo.

Pero el punto de equilibrio también puede ser útil en las siguientes situaciones:

• Lanzamiento de un nuevo producto o servicio.
• Cambio de estrategia (fijación de precios o modelo de negocio).
• Revisión de la gestión de gastos para reducir costes.
• Preparación de negociaciones con proveedores.
• Seguimiento de los resultados económicos de la empresa.

Pasos para calcular el umbral de rentabilidad

1. Evalúa tus costes fijos.

Los costes fijos son todos los gastos fijos recurrentes que no están relacionados con tu negocio, como el alquiler, las cotizaciones a la seguridad social y los seguros.

2. Calcular los costes variables

A continuación hay que estimar los costes variables, que también se conocen como costes funcionales, costes empresariales o costes de explotación. Como su nombre indica, varían en función de tu actividad. Incluyen, por ejemplo, la compra de bienes, los costes de consumo de energía, el embalaje, los costes de transporte, la subcontratación y las materias primas.

3. Calcular el umbral de rentabilidad

Para calcular el umbral de rentabilidad, primero tienes que calcular las ventas previstas antes de impuestos multiplicando la cantidad de productos o servicios que esperas vender por su precio unitario.

A continuación, puedes calcular el margen sobre los costes variables (o margen bruto). Para ello, resta los costes variables de las ventas previstas.

A continuación, calcula el margen de contribución dividiendo el margen de contribución por las ventas previstas.

Por último, el umbral de rentabilidad es el importe de los costes fijos dividido por el margen de contribución.

4. Determinación del umbral de rentabilidad

Para calcular el umbral de rentabilidad, basta con dividir la facturación prevista por el número de días de facturación anual (normalmente 360), y dividir el umbral de rentabilidad por el número obtenido, que corresponde a la facturación diaria que debe alcanzarse.

Cálculo del umbral de rentabilidad: ejemplo

Vas a abrir un negocio con unos costes fijos de 20.000 euros durante 12 meses y unos costes variables de 60.000 euros. La facturación es de 135.000 euros.

El margen sobre los costes variables equivale a 135.000 euros - 60.000 euros = 75.000 euros.

El margen de contribución es de 75.000 / 135.000 = 59, o aproximadamente 0,556.

El punto de equilibrio será 20.000 / 59 = 36.000 euros.

El punto de equilibrio es, por tanto, 36.000 / (135.000 / 360) = 96 días.

Esto significa que se necesitan 96 días para generar esa cantidad de ventas. Más allá de esta cifra, tu negocio será rentable. Así, si el ejercicio empieza el 1 de enero, la empresa será rentable el 6 de marzo.

Otros cálculos esenciales

Además del punto de equilibrio y el umbral de rentabilidad determinados anteriormente, hay otros cálculos que puedes utilizar para fijar tus objetivos y comprobar si se han alcanzado. Entre ellos figuran el rendimiento de la inversión (ROI), el valor añadido, el flujo de caja, el índice de conversión, etc.

Para los puntos de venta al por menor (supermercados, tiendas de comestibles, farmacias, etc.), también puede ser útil medir :

• Las ventas por metro cuadrado, para comparar la rentabilidad de determinados departamentos.
• El índice de rotación de existencias, para saber cuánto tardan en venderse los productos.
• El precio medio de una cesta, que muestra cuánto gasta cada cliente en la tienda.
• La afluencia a la tienda, medida mediante contadores.
• La tasa de rebajas, que corresponde al porcentaje de productos no vendidos o perdidos.

Optimizar el cálculo del umbral de rentabilidad

Dado que el umbral de rentabilidad es un KPI del comercio minorista que debe controlarse a lo largo de toda la vida de su negocio, merece la pena combinarlo con una herramienta de gestión. Los programas informáticos de gestión reducirán el riesgo de errores y te ahorrarán tiempo. Pero también ofrecen funciones que te permitirán ir aún más lejos en tus análisis. Puedes hacer simulaciones o incluso aprovechar la inteligencia artificial que incorporan algunas herramientas.

Además, como cada empresa y cada proyecto empresarial son diferentes, te recomendamos que recurras a un experto contable para que te asesore y compruebe tus estimaciones.

Ahora ya sabes qué es el umbral de rentabilidad, un concepto esencial en la gestión empresarial, y cómo calcularlo. Esto te facilitará la decisión sobre tus objetivos comerciales y financieros antes y después de la creación de tu proyecto. Para optimizarlo, no olvides medir otros indicadores de rendimiento, utilizar un software de gestión adecuado y recurrir a un experto contable para que te ayude.

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